El primer sello de correos emitido se encuadró dentro de una importante reforma del sistema postal británico en el año 1840 y es conocido por los coleccionista como «Penny Black». A partir de su aparición el correo se democratizó ya que los precios del servicio se convirtieron en asumibles para la población en general.
Hasta 1840 el envío era pagado por el receptor en función de los kilómetros recorridos, a partir de la aparición del penique negro la facturación se realizaba al efectuar el envío comprando el sello que era la prueba de que se había realizado el pago.
La reforma se puso en funcionamiento en enero de 1840 y el «Penny Black» no apareció en escena hasta el 6 de mayo del mismo año. El volumen de envíos pronto se duplicó y enseguida otros países se apresuraron a adaptar sus servicios postales de la misma manera. En 1860 ya eran 85 los países que usaban este método que ha perdurado hasta nuestros días.