La historia del sofá Chesterfield

Aunque hay muchas teorías de su origen y maneras de describir un «chesterfield” lo que está claro es que es una pieza que sigue estando muy muy de moda. El uso de la palabra “chesterfield” se remonta al siglo XIX en Inglaterra para describir un «sofá realizado en cuero”.

La historia más arraigada es que Lord Phillip Stanhope, el 4º conde de Chesterfield (1694-1773), encargó el primer sofá de cuero con su (característica)  tapicería de cuero abotonada, acolchada distintiva y con una base baja del asiento. Pidió a un artesano local que construyera un mueble que permitiera a un caballero sentarse en posición vertical en el máximo confort permitiendo sentarse sin arrugar la prenda, siendo ésta su función original. 

sofa chesterfield

El sofá de chesterfield es perfectamente identificable por su tapicería abotonada característica muy profunda, los brazos rodados, la parte posterior igual a la altura del brazo y la guarnición de la cabeza del clavo. Fue exitosamente exportado a través de las colonias del Imperio Británico por los oficiales del Ejército Real (EE.UU., Canadá…) y muy pronto se convertiría en un emblema mundial del estilo británico. El sofá de Chesterfield nos evoca a esas imágenes de señores formalmente vestidos ubicados en un estudio de paneles oscuros, bebiendo brandy y fumando cigarros.

Así mismo, la era victoriana vio el chesterfield como la pieza clave en las salas de estar, donde los caballeros se relajaban y charlaban de sus cosas mientras sus esposas se sentaban en sillas haciendo labores. A lo largo de los años esta tipología de sofá ha adornado los palacios de la realeza, oficinas de negocios, hoteles, restaurantes, clubes de caballeros y casas privadas de lujo. 

El chesterfield es sinónimo de elegancia y clase que encarna una mezcla de comodidad y sofisticación. Es sin duda un ejemplo refinado y elegante de asientos quizás algo masculino que podemos encontrar en colores muy variados como turquesas, amarillos o verdes y, casi siempre, en cuero o terciopelo. 

Lo que antes era un símbolo de estatus de la élite es ahora una opción muy buscada para casas modernas o negocios, marcando lujo, clase y del estilo.Es un mueble conocido y atemporal, buscado por decoradores y entusiastas de las antigüedades que desean dar un look retro a una estancia, pero también por los grupos de rock y pop o como reclamo de portadas de discos.