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MUSEO DEL COCHE Y LA MOTO CLÁSICA

HERVÁS, CÁCERES

Un museo diferente…

Nada más llegar a Hervás, en la provincia de Cáceres, comienzas a apreciar en sus montañas una construcción nada habitual… una especie de castillo o casa encantada de cuento que se asemeja a las creaciones dalilianas.

Se trata de un museo privado (coste de entrada 10€) muy singular creado por Juan Gil Moreno, ebanista y empresario que, según se indica en la propia página del museo, utilizando su tiempo libre y su dinero levantó un complejo turístico en el que ha instalado el Primer Museo de la Moto y el coche clásico de España.

Nada más entrar te encuentras con un pequeño parque para niños y una cafetería (cerrada el día que lo visitamos) y una vez dentro una serie de pabellones (8 en total) que se accede mediante un sinuoso camino con una representación de casi todo aquello relacionado con los medios de locomoción: coches de todo tipo, motos, carruajes de época, triciclos, bicicletas, autocaravanas y cochecitos de muñecas…

Casi todas las piezas cuentan con su ficha técnica donde se indica el modelo y el año, fruto sin duda de una ardua investigación, ya que no es nada sencillo catalogar este tipo de piezas. Las tipologías son de lo más variadas y se representa prácticamente todo el siglo XX, con algunas piezas del s. XIX. 

Encontramos piezas de lo más variopintas, algunas de ellas en muy buen estado de conservación, si bien otras en proceso de restauración o en piezas depositadas en algunos lugares del recorrido.

Según el gusto de cada uno le llamará la atención alguna pieza más que otra, si bien son impresionantes los enormes Cadillac antiguos de colores increíbles, la colección de carros de bebé de desde 1900, la cantidad de motos con sidecar, el autobús escolar americano, la enorme ambulancia y el coche de policía (el favorito de los niños) o el tétrico coche fúnebre.

Además, cuenta con un mirador encima de uno de los edificios desde el que ver todo Hervás a vista de pájaro al que se accede por una escalera de hierro con formas florales.

Sin duda, es un museo que merece la pena visitar por su singularidad y perfecto para los más pequeños, ya que son piezas que no pueden ver en otros museos y se les hace muy ameno. Algunas de las piezas son realmente increíbles te guste o no el mundo del motor y puede ser una visita diferente en un viaje a Extremadura.

Como crítica de una buena historiadora del Arte no puedo dejar de mencionar que no se lleva una línea temporal ni de tipología en todo el complejo y que el desorden es evidente en algunas zonas. La señalética es deficiente y el mantenimiento en algunas zonas necesita un repaso importante pero, teniendo en cuenta que se trata de una iniciativa privada y, como se indica en algunos de los carteles que podemos encontrar por el complejo, sin ningún tipo de ayuda a subvención es comprensible que no se puedan atender todas las necesidades de un museo.

Os dejamos aquí la información para saber más de este singular museo