FRANCISCO DE GOYA

Los Disparates de Goya son, entre todas las obras de Goya, las más herméticas. Fueron realizados en una fecha incierta en el primer periodo absolutista de Fernando VII y quedaron sin terminar cuando el artista dejó Madrid para visitar Francia. Tras el fallecimiento de Francisco de Goya en 1828, las planchas de cobre de los Disparates pasaron a ser propiedad de sus herederos, permaneciendo en la familia hasta la muerte del hijo del artista, Francisco Javier, en mayo de 1854.
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Exposición del 12 de septiembre al 13 de octubre de 1996.
VVAA. Calcografía Nacional.
Real Academia de Bellas Artes de San Fernando. Editado por Julio Soto S.A., Madrid, 1996.
230€
Dieciocho láminas fueron adquiridas por Román Garreta, y el 19 de julio de 1856 Jaime Machén Casalins las ofreció por primera vez al Estado Español con destino a la Calcografía Nacional, si bien fueron finalmente adquiridos en octubre de 1862 por la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando junto a las ochentas láminas de los Desastres de la guerra.
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Otras cuatro láminas, que no figuran en la edición de la Academia de 1864 y que fueron publicadas por primera vez en 1877 en la revista francesa L’Art, se separaron del conjunto y pasaron a ser propiedad del pintor Eugenio Lucas. A la muerte de Lucas en 1870, esos cuatro cobres fueron ofrecidos a la Academia pero, debido a la falta de acuerdo, finalmente salieron de España y fueron adquiridas por un comerciante francés.
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En 1877 la revista L’Art. Revue hebdomadaire illustrée (Tercer año, Tomo II, A. Bellue, París-Londres) publicó las cuatro estampas de los Disparates que, separadas del resto de la serie, habían permanecido inéditas.
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La tauromaquia sería la tercera de sus series. Fue publicada en 1816 y constituye la expresión de la violencia consustancial al ser humano, marcada por el enfrentamiento irracional que aboca a la muerte del hombre. Se compone de cuarenta y tres dibujos preparatorios que se conservan en el Museo del Prado. En el año 1816, Goya puso a la venta esta serie gráfica compuesta por 33 estampas taurinas. No fue un éxito comercial en un primer momento, ya que el público no estaba acostumbrado a una visión tan rotunda y dramática del mundo de los toros.
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MATILLA RODRÍGUEZ, Jose Manuel (Valladolid, 1962). MEDRANO, Jose Miguel.
«El libro de la tauromaquia. Francisco de Goya. La fortuna crítica. El proceso de creación gráfica, pruebas de estado, láminas de cobre y estampas de edición».
Museo Nacional del Prado. Editado por Julio Soto S.A., Madrid, 2001.
Medidas: 31 x 40,5 x 4 cm.
370€
En realidad Goya realizó una serie mayor, ya que se conservan siete planchas en los reversos de cobre que el propio artista descartó. Además de cinco trabajos de los cuales sólo se conocen las pruebas de estado, por lo que el conjunto final lo conformarían un total de cuarenta y cinco estampas taurinas.
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Frente a la visión tradicional del ámbito taurino, costumbrista, amable y placentera, Goya resaltaba de manera asidua en sus obras los claroscuros, la tensión, el drama y lo eminentemente siniestro.
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El material quedó casi todo en manos del autor. La colección había pertenecido al hijo del pintor, Javier Goya, pasando posteriormente a manos de su nieto Mariano, y de éste a Valentín Carderera, que debió de adquirirlos entre 1854 y 1860, siendo vendidos en un lote de doscientos ochenta y cuatro dibujos de las distintas series por su heredero, Mariano Carderera al Museo del Prado en 1886.

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