EL MARFIL JAPONÉS

A principios del siglo XVII, periodo Edo (1603-1868), en Japón se producen una serie de cambios económicos y sociales que favorecen el desarrollo de una nueva clase social; la de los mercaderes de gran poder económico. Esta nueva clase rompe con la tradición anterior, creando un nuevo mundo vivo y bullicioso. En el mundo artístico se descartan las formas tradicionales y se buscan nuevas formas de expresión. 
tasación de antigüedades
Antiguo rollo de acuarelas eróticas
A través de los comerciantes chinos se lleva al Japón el nuevo material: el marfil. Por sus calidades de brillo, dureza y color resulta muy apreciado por los tallistas japoneses, quienes crearon una gran variedad de objetos (vainas de sables, botes para pinceles, netsuke, Okimonos…). Se trata de objetos de carácter cotidiano, ya que el pueblo japonés considera como “bello” todo aquello que puede tener alguna utilidad.

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El trabajo de marfil se realiza mediante la talla y, en cuanto al acabado, las piezas eran pulidas con piedra pómez y jabón. Finalmente, las piezas se decoraban con diseños pictóricos bien con laca líquida a la que se le añade polvo de oro, mediante capas superpuestas de polvo de oro y laca para conseguir relieve o con inscrustaciones de madreperla, laca y marfil (los más raros).
 
Existe un término concreto con en el que se designan las tallas de marfil japonesas hechas exclusivamente como adorno: OKIMONO. Su tamaño suele ser entre los 10 y los 45 cm. Este tipo de tallas se comenzaron a elaborar en Japón a partir del siglo XIX con el fin de ser exportadas a Occidente (hay que recordar que el fin del aislacionismo voluntario japonés se produjo en 1853), de manera que en muchos casos se vieron obligados a sacrificar la calidad de las piezas en favor de la cantidad, lo que vendría a suponer con el paso de los años una degeneración importante de la talla de marfil japonesa. 
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Son de destacar las tallas elaboradas en la Escuela de Arte de Tokio, la cual se puso en funcionamiento desde 1887 con el fin de que no se dejase atrás el trabajo artesanal bien hecho de los principios y cuyas piezas suelen ir firmadas. 
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2 thoughts on “EL MARFIL JAPONÉS

  1. Buenas tardes José Miguel:

    El problema para tasar culquier pieza de marfil es que es necesario verlo presencialmente. Además para proceder a su venta es necesario realizar una serie de trámites burocráticos para obtener el certificado CITES (en caso de no tenerlo). Si nos pudiese mandar fotografías de las piezas (lo más nitidas que le sea posible) le podríamos decir algo más concreto. Nuestro mail es info@galantiqua.com

    Gracias por contactar

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