Las alcaicerías eran lugares dentro de las ciudades de al-Ándalus donde estaba permitido el comercio al por mayor de la seda, más adelante se comerciaba con productos manufacturados de este preciado material y por último se comerciaba con todo tipo de productos textiles, aunque la seda siempre era el producto por excelencia.
Las alcaicerías de Granada y Sevilla fueron las más importantes. La Alcaicería de Granada, situada entre la Catedral y la plaza de Bib-rambla, fue destruida por un incendio a mediados del siglo XIX, incendio que se originó en una tienda de cerillas de la calle mesones. Actualmente se mantiene la denominación del lugar, donde se encuentra un pequeño mercado con aires de zoco árabe dedicado a la venta de souvenirs para turistas, pero también se puede encontrar la típica cerámica de Fajalauza, piezas de taracea y faroles de cristal policromado.