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LOS GRABADOS DE CASTRO GIL

Aunque también cultivó la pintura, CASTRO GIL es el grabador por excelencia, con fama y magisterio considerables en la comunidad gallega.

Prácticamente en toda casa que tenga un poco de gusto por el arte gallego tiene un hueco para un pequeño gran grabado de Manuel Castro Gil.

COMO LA VIDA DE UN ARTISTA INFLUYE EN SU ARTE

El padre de Manuel era archivero y él será el mayor de una familia numerosa de ocho hermanos. Desde muy niño ya plantea voluntad de gran trabajador. Inicia sus estudios de dibujo como alumno de Manuel Foley cursa bachillerato y magisterio consiguiendo ambos títulos antes de cumplir los 16 años. En 1917 se traslada a Madrid gracias a una beca de la Diputación de Lugo y comienza sus estudios superiores en la escuela de San Fernando siendo discípulo de Vera, Muñoz Degrain y Moreno Carbonero. En el tema del grabado recibe el conocimiento de Verger y Esteve Botey.

Sin duda el grabado le atrae y se busca un modo de subsistencia, pero aplicando su arte y conocimientos: ingresa en la Fabrica de Moneda.

Empieza a ser conocido en Madrid, siendo firma habitual en «Blanco y Negro» y en «La Esfera», principales publicaciones ilustradas de los años posteriores a la gran guerra europea.

CUANDO COMIENZAN LOS PREMIOS Y GALARDONES

En 1920 obtiene el segundo premio en el concurso de grabado del Círculo de Bellas Artes Y en 1922, la segunda medalla de grabado en la Exposición Nacional de Bellas Artes.

Repite en 1924 la segunda medalla en la Nacional de Bellas Artes por una pieza magistral, “Ciudad castellana” y el primer premio en concurso nacional de grabado en 1925 por “Tierras de Santa Teresa”. Consigue también la primera medalla en la Nacional de Bellas Artes, en 1930 en París donde realiza su arte en esos años.

AÑOS DE VIAJES

Viaja a Londres donde expone en 1928 con éxito total y su obra continúa por exposiciones en Nueva York, México, La Habana o Buenos Aires.

SUS OBRAS MÁS CONOCIDAS EN GALICIA

Era habitual que Castro Gil tomase apuntes en las ciudades de Galicia, y fruto de ello es un gran repertorio temático que tenemos de pequeños “recunchos” gallegos. Según la crítica destaca su pieza de aguafuerte sobre el Pórtico de la Gloria compostelano.

Colección Abanca INV 717 Aguafuerte 35 x 25cm (1926)

SU GRABADO

Castro Gil es fundamentalmente un grabador al aguafuerte, aunque también domine por su condición de dibujante seguro, la punta seca. Destaca en su obra el claroscuro marcado por la línea de las arquitecturas, la textura de sus impresiones con la la utilización de tintas inusitadas, como las verdes sobre el el negro o terroso del grabado que hacen inconfundible su trabajo.

Colección Abanca INV 716 Aguafuerte 32 x 20cm (1922)

SU OBRA Y EL MERCADO ACTUAL

Es muy habitual encontrar obras de Castro Gil en cualquier ciudad gallega… se plantea un arte perfectamente reconocible con un dibujo exquisito que enfatiza con colorido. Obras de Ourense, Lugo, Santiago… pero también pequeñas localidades y arquitecturas llenas de añoranza.

Normalmente sus obras aparecen localizadas (escrito a mano) lo que facilitan conocer la ubicación exacta y firmadas a mano o bien en plancha (como si de un sello se tratase).

Artista muy prolífero, podemos encontrar en el mercado grabados de todos los tamaños y localización desde aproximadamente 100€ y una media de entre 150 y 300€