Esta dinastía, que duraría desde 1644 hasta el 1911, es sin duda la mejor documentada, tanto por la gran cantidad de colecciones que hoy se conservan en Oriente y en Occidente, como por las fuentes documentales que tratan sobre cualquier aspecto con ella relacionada. El afán compilador de la dinastía, junto con la curiosidad de los europeos que durante los siglos XVII, XVIII y XIX visitaron China, nos han dejado un número ingente de tratados acerca de su producción, organización laboral, decoración y distribución.
La madera tiene evidentes ventajas con respecto a otros materiales, ya que es más manejable y fácil de tallar por no ser tan duro y, de igual modo, tiene la ventaja de que es más fácil de transportar.
La forma más primitiva de la talla en madera en China se hacía a partir de un bloque compacto de madera que se embellecía con escayola, dorados, laca o pintura una vez que estaba tallado, de manera que el resultado era una bella estatuilla perfectamente acabada con casos de un importante realismo en las figuras.
Todas las religiones requerían imágenes, de manera que la escultura en talla de madera adquiere una gran importancia en el campo religioso. En China destaca un periodo de apogeo en lo que respecta a la talla de madera en cuanto a esculturas o figurillas religiosas desde el siglo VI hasta el XIV, donde la inmensa mayoría de las tallas representaban a Buda.