Sobre cántaros, enigmas y cuadros perdidos
Hay algo de misterioso en la obra de Julio Romero de Torres (1874-1930), muy especialmente en los dos lienzos protagonizados por la modelo María Teresa López, La Fuensanta y La chiquita piconera. El primero de ellos entraña de por sí un misterio mucho mayor: el cuadro pintado por el artista cordobés poco tiempo antes de su muerte se expuso por última vez en la Exposición Iberoamericana de Sevilla de 1929, tras la cual desapareció durante más de medio siglo hasta ser hallado en Argentina por Mercedes Valverde, directora de los museos municipales de Córdoba y, además, la mayor especialista a nivel mundial en la pintura de Romero de Torres.
Hasta su “regreso” en el año 2007, lo único que restaba del fascinante óleo era una fotografía que había realizado el propio artista, y que ilustró el dorso de los billetes de 100 pesetas entre los años 1953 y 1978.
La obra de los veinte duros que llegó al millón de euros
La Fuensanta continúa siendo hasta la fecha la obra más cotizada de Romero de Torres, habiendo sido subastada el año de su aparición, 2007, en la casa Sotheby’s, con un precio estimado de entre 600.000 y 700.000€, para terminar alcanzando la friolera de 1.173.375 €
En 2013 el museo Carmen Thyssen Málaga mostró la joya de la corona en la muestra Julio Romero de Torres. Entre el mito y la tradición, tras lo cual volvió a las manos de su anónimo propietario. No es de extrañar, así, que las alarmas hayan saltado el pasado 18 de abril tras conocerse el nuevo paradero de la obra: un almacén judicial, como prueba requisada en una operación anticorrupción. Al parecer, Antonio López, exviceconsejero de Vivienda del Gobierno del Partido Popular, guardaba en su domicilio la enigmática obra de Romero de Torres, junto a litografías de Picasso, Miró y un buen número de relojes.
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La Fuensanta (1929). Fuente: https://es.wikipedia.org
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La chiquita piconera (1930). Fuente: https://es.wikipedia.org/
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Lo cierto es que, aunque supondría un interesante capítulo a la ya de por sí aventurada vida de la obra, la pieza requisada en el chalet marbellí de Antonio López no vale, ni mucho menos, 1,17 millones de euros. Adquirida por el susodicho en noviembre de 2014 a Subastas Imperio por la cantidad de 3.068€, lo que se le ha requisado a Antonio López es un óleo de cartón realizado por Rafael Romero de Torres, hermano del artista. Las pistas se encontraban en el propio certificado (de 1987) que acompañaba a la compra, en el que el historiador y afamado crítico Bernardino de Pantorba aclara:«[la obra] está firmada en su parte inferior por el hermano de Rafael Romero de Torres, al compartir el estudio lo firmó Julio Romero de Torres a sabiendas que el autor del presente cuadro fue Rafael Romero de Torres».
Resuelto el misterio, el resplandeciente cántaro metálico continúa en manos de su legítimo dueño. Lo que parece claro es que a las mujeres de Romero de Torres les gusta viajar. Estados Unidos, Italia o Argentina son algunos de los destinos que han visitado «La Gracia», «Carceleras» o «La niña de las naranjas» obras todas ellas repartidas en colecciones privadas.
Como uno de los mayores exponentes españoles del simbolismo de fin de siglo, el azaroso destino de las obras de Romero de Torres más que sorprender, ayuda a extender la belleza enigmática, casi mítica, de sus retratos.
Carcelera (1918). Fuente: https://es.wikipedia.org