LA PERLA: SU FORMACIÓN
La perla es una gema orgánica, formada por un molusco bivalvo, la ostra madreperla, tras la inclusión de un cuerpo extraño entre la inserción del manto y la cara interna de la concha. Como reacción a ese “intruso” se produce una irritación en el bivalvo y el manto de la ostra segrega nácar: una sustancia cristalina de color blancuzco y consistencia dura que recubre y aísla el cuerpo inserto.
Este proceso puede ser de manera completamente natural: PERLAS SALVAJES o mediante acción del hombre: PERLAS CULTIVADAS.
LA PERLA CULTIVADA
Dada la complicación evidente de que este proceso sea “natural” surge en China en el s. XII-XIII la introducción de dentro de la madreperla pequeñas figuras de Buda, si bien no será una práctica generalizada de como la conocemos ahora hasta el s. XIX en Europa.
FORMAS Y VARIEDADES
Encontramos perlas de multitud de formas: redonda, ovalada, aplanada (tipo “lenteja”), ovoide, de pera o ampolla. Normalmente tienen un color blanco irisado, aunque también las hay de color rosa, crema o grises.
El brillo está en relación directa con el número de capas de nácar que presenten: cuantas más capas mayor refracción y reflexión de La Luz sobre la superficie.
Aunque en perlas nos podemos encontrar ya casi de todo, lo habitual es que las salvajes excedan los 20 mm y las cultivadas entre 7 y 12 mm de diámetro.
UN OBJETO MÍSTICO Y DE LUJO DESDE LA ANTIGÜEDAD
Los antiguos egipcios fueron los primeros que atribuyen cualidades sobrenaturales a las perlas, por lo que se hacían enterrar con ellas. En la Grecia clásica las perlas eran asociadas al amor y al matrimonio si bien los romanos las usaban simplemente como medio de pago.
En el cristianismo se asocia a la perla con las lágrimas de los ángeles y en el Islam se asocia su origen a las ramas de los árboles del Paraíso. Era habitual su uso en los combates como amuleto y se plantea su efecto terapéutico, con la creencia de que, incluso, curaban enfermedades como epilepsia o enfermedades del corazón (molidas).
EL COLLAR DE PERLAS
Las perlas tienen una durabilidad en el tiempo dominante, además de que desde siempre han sido símbolo de lujo y prestigio. Se plantea por su color y forma como una joya fácil de combinar y el hecho de que se originen en un ser vivo las convierten en un objeto muy interesante.
Desde la antigüedad existe ese “collar de perlas” que encontramos en distintas mujeres y planteado de formas distintas, tipo gargantilla, largo o con varias vueltas. Sin duda, siempre ha estado vinculado a riqueza, poder y elegancia de las clases acomodadas, luciéndolo reinas en tiempos antiguos a estrellas de cine y moda a partir del s. XX.
COCO CHANEL Y LAS PERLAS
Icono perfecto de marca de moda y perla. La mente nos lleva a esos trajes de chaqueta en dos colores y ese collar de perlas asomando por encima o ese collar largo de varias vueltas que tanto se asocia a su imagen.
LA QUE VAMOS A DENOMINAR “ESTÉTICA PERLA»
Encontramos artículos de moda donde plantean que las “perlas están de moda” si bien se trata (en el mejor de los casos) de perlas cultivadas. Son piezas que imitan a las perlas de manera completamente artificial o sintética y usadas normalmente como complemento en jerseys, zapatos, bolsos o diademas y (muy posiblemente) por un tiempo muy limitado. Esa supuesta moda nada tiene que ver con esos collares de perlas naturales de elevados precios si no como una parte más de un accesorio o complemento de otra pieza buscando una estética común.
Dicho de otro modo: no están de moda las PERLAS, si no lo que hemos denominado como “ESTÉTICA PERLA” porque, como dice mi abuela: ¡eso ni es perla ni es nada!
¿Y LAS PERLAS ANTIGUAS?
Si está de moda… ¿Qué pasa con ese collar que he heredado de mi abuela y que no me pongo?
Pues en ese caso ya no está tan de “moda”. En la tasación de joyas y comentando con joyeros y anticuarios sobre el tema, el valor de las perlas naturales han caído en los últimos años de manera impresionante. Las cosas han cambiado mucho de cuando en esos años un collar de perlas era, incluso, “una inversión”.
Pensemos en esos collares-gargantilla o de un largo medio, con perlas blancas o amarillentas de distintos tamaños con broche floral en oro amarillo (a veces incluso con diamantes y piedras preciosas engarzadas) tan habituales y que se ponían tanto las mujeres españolas desde los años 50 hasta más o menos los años 90 o en ese juego de anillo y pendientes con grandes medias perlas (cortadas) blancas decoradas con formas florales que se regalaban en la pedida de mano… ¿Cuántas veces habremos visto a nuestra madre o a nuestra abuela con esa joya?
Pues si estudiamos a fondo el mercado veremos que ese tipo de piezas son las que su precio real no se paga ni por las personas a las que nos pueden gustar las joyas antiguas porque no es el estilo que más se busca actualmente en coleccionismo, ni por las “influencers” que dicen que las «perlas están de moda», porque, en realidad, no son ni ese “tipo” de perlas (naturales) ni ese estilo (collar-gargantilla) lo que «está de moda”.
Piezas quizás con formas raras más atemporales o que encajen con un estilo más “moderno” pueden tener alguna salida en el mercado actual, pero si no, tendremos que esperar a que las PERLAS NATURALES ESTÉN DE MODA DE VERDAD 😉
PARA SABER MÁS…
https://www.castmay.com/las-perlas-para-civilizaciones-y-personajes-de-la-historia
https://historia.nationalgeographic.com.es/a/perlas-joyas-favoritas-romanas_13501/8