El desarrollo del vidrio durante el siglo XIX se caracteriza por los rápidos avances tecnológicos de esta industria y por el redescubrimiento y adaptación de métodos antiguos.
La variedad del color es lo que más impresiona. El vidrio rojo labrado de Bohemia, la imitación de ágata, el amarillo de cloruro de plata y el rojo rubí de cobre, entre otros, crearon una amplia gama de posibilidades en la decoración del vidrio de la época. Con un pincel se ponía el color sobre el vidrio para después cortarlo y fijarlo con el fuego, con lo cual se daba la impresión de un color sólido. Si además lo grababan, se lograba un estilo caro y exquisito; para esto empleaban dos capas de color, grababan y cortaban la de arriba y quedaba la de abajo como fondo. En esta época nace también el color amarillo verdoso, que se obtiene con uranio y opalina (parecida al ópalo).
En el siglo XIX los fabricantes decristal de Bohemia reaccionaron ante la competencia del cristal deplomo inglés tallado adoptando la misma técnica de talla, pero con el problema de que el cristal de roca no era adecuado para ese tipo de talla.
En ese siglo hubo muchas innovaciones en muchos campos y el del vidrio no se iba a quedar atrás. Innovaciones como el cristal de hialita, ópalo de vidrio, es un ópalo común claro como el agua, incoloro y de un brillo intenso, que se usó para garrafas, jarrones y vajillas y que hoy se sigue usando para joyería entre otros muchos usos.Destaca en este siglo Friedrich Egermann que con notables innovaciones mejoró mucho la calidad del cristal desde 1820. Desarrolló los tintes amarillos y rojo rubí para recubrir el cristal transparente, algo que se utilizó en muchas piezas hechas en Bohemia.
Egermann
Florero 1830
A raíz del éxito de la exhibición del Palacio de Cristal en Inglaterra se empezaron a crear escuelas que enseñaban diseños y que ponían especial énfasis en los modelos clásicos; cántaros, decantadores, vasijas y todo tipo de piezas con formas y grabados griegos. Se copian mecánicamente los modelos hechos por algún artista individual, creando imitaciones que nunca llegan a tener el frescor y el vigor de la pieza original. Aunque las nuevas técnicas de producción en masa hicieron que el vidrio estuviera disponible para mayor cantidad de gente, surgió una demanda de productos de mayor calidad. Las piezas grabadas con motivos clásicos, renacentistas, y más tarde orientales, inundan el mercado de la época. La influencia oriental a partir de 1862 es enorme y se refleja en los motivos y en los colores, hasta llegar al Art Nouveau.
Lacontribución británica más importante en el siglo XIX fue elvidrio de camafeo, una resurrección del arte romano. A mediados de este siglo el desarrollo industrial provocó el abuso de la mecanización, que cansó a la gente y causó una crisis estilística, lo cual ha sucedido en la historia de nuestra civilización en diversas ocasiones.
Jarrón Emile Gallé en vidrio de camafeo
Pero a partir del año 1830 todo cambia considerablemente con el comienzo de la producción del cristal prensado y moldeado. Los pioneros de este tipo de cristal fueron los Estados Unidos donde se desarrolló en 1820 y más tarde en Inglaterra en 1830. Se hacía introduciendo en el molde una determinada cantidad de vidrio fundido y se presionaba con el émbolo que marcaba el dibujo, después las dos mitades que obtenían se recocían juntando las finas uniones y pulimentándolas para que no se viesen.
La producción masiva de este tipo de cristal llevó a que se hiciese cristal a módico precio y accesible a un abanico más amplio de la población. Pero ala vez hacen que el nivel artístico disminuya. La excepción en estos años fue Ludwig Lobmeyr, artista vienés que se negó a esa producción en serie y a que bajase el nivel artístico, creando un cristal de una gran calidad artística.
El desequilibrio generado por la revolución industrial provocó un movimiento destinado a realzar el nivel de las artes decorativas con movimientos como el movimiento de Arts & Craftsprimando la elaboración artesanal. Los ingleses sufren una fuerte influencia de los modelos antiguos, inspirándose en la cerámica griega antigua para el grabado en el vidrio.
En Francia predominará el estilo neogriego; en el norte de Bohemia, la talla-grabado al estilo del cristal de roca; en Europa central destaca el abandono del estilo neorrococó y la adopción del neorromanticismo; en Alemania, el movimiento eclecticista vuelve a las formas de tipo alemán antiguo, con una decoración de blasones y personajes históricos pintados con esmalte, y también realizan copias de piezas históricas. Todo esto influye y estas ideas artísticas se impondrán en la arquitectura, en la decoración interior y en las artes. Numerosos creadores diseñan adornos inspirados en el vidrio fino italiano del Renacimiento y en el vidrio barroco de Bohemia, añadiendo motivos de personajes a una ornamentación refinada mediante una pasta de altísima calidad. Los italianos se inspiran en su propio pasado y se preocupan sobre todo por renovar la gloria de la vidriería veneciana. En general lo más importante era recobrar el pasado, porque sólo imitándolo y estudiándolo se podía terminar con los errores de la época.
Los artistas franceses de finales del s. XIX y principios del XX desarrollaron y pulieron la técnica del vidrio en sus talleres, hasta el punto de que su obra se considera como una de las cimas del arte decorativo. En aquella etapa, el vidrio jugó un papel importante en la renovación del gusto; los jarrones y centros de mesa, las lámparas y las vidrieras causaron impresión a la nueva burguesía. La calidad y delicadeza de sus formas y motivos son las que marcan un antes y un después en la creación de artistas de renombre como Emile Gallé (1846-1904), el escultor Henry Cros (1840-1907), los hermanos Auguste y Antonin Daum, Salvador Dalí, o más recientemente Hilton Mac Connico, Garouste y Bonnetti y Christina Pillet.
Antonin Daum, 1925